La Santidad de Dios es el atributo esencial del mismo: conociendo Su Santidad podremos conocer la integridad y unidad de los demás atributos. Esta misma santidad se ve reflejada y manifestada a lo largo de toda Su palabra; del Antiguo al Nuevo Testamento se expresan las voces de judíos, de ángeles y de profetas exaltando a una voz este elemento de Su Ser hacia su Trinidad.