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Trastorno Psicosomático

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PRESENTATION OUTLINE

TRASTORNOS PSICOSOMATICOS

Integrantes:
-Natalia Estrada
-Michelle Gonzalez
-Kenny Romero

Es la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica y que no pueden explicarse completamente por la presencia de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental.
Somatizar se define: como la transformación de problemas psíquicos en síntomas orgánicos.

EPIDEMIOLOGIA Y CLASIFICACIÓN

Los trastornos por somatización pueden alcanzar una incidencia de casi un 4% en una consulta pediátrica de Atención Primaria.

En un considerable número de niños con síntomas psicosomáticos, coexisten dificultades emocionales y conductuales, que deben ser identificadas y tratadas adecuadamente. Asimismo, el alto nivel de ansiedad en los padres, especialmente, en las madres, suele ser causa de una mayor frecuentación de los servicios de salud.

Las clasificaciones CIE-10 y DSM-IV los definen como un grupo de trastornos en los que la característica común es la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica y que no pueden explicarse completamente por la presencia de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental.

Los cuadros somatoformes pueden clasificarse en:
a) Aquellos en que los factores psicológicos están asociados a los síntomas físicos o disfunciones.

b) Aquellos en los que los factores psicológicos influyen en el desarrollo de patología física como los trastornos clásicamente psicosomáticos: colitis ulcerosa, asma.

c) Aquellos en que los síntomas físicos constituyen la manifestación principal del trastorno mental (p. ej., trastornos de la alimentación).

Los trastornos somatomorfos engloban las siguientes entidades:
1. Trastorno de conversión: Uno o más síntomas que sugieren, la mayoría de las veces, un déficit neurológico.

2. Trastorno por dolor: Los pacientes presentan dolor en una o más localizaciones sin hallazgos físicos que lo justifiquen.

3. Trastorno dismórfico corporal: Existe una excesiva preocupación por algún defecto imaginario en el aspecto físico de un individuo aparentemente normal.

4. Hipocondría: Se manifiesta como temor o creencia de padecer una enfermedad grave a partir de la interpretación subjetiva de signos y síntomas físicos como prueba de enfermedad somática.

5. Trastorno somatomorfo indiferenciado: Se incluye el resto de síndromes que se adaptan a la definición de somatomorfos y que no cumplen los criterios de ninguno de los subgrupos anteriores.

Un niño o un adolescente pueden presentar un trastorno psicosomático cuando este es sometido a una situación estresante y que responde simultáneamente a dos niveles:

1) Nivel psicológico: La situación provoca una reacción emocional ansiedad, tristeza, cólera)

2) Nivel somático: El estrés activa el sistema nervioso autónomo provocando un cambio en el funcionamiento por ejemplo espasmos, hipersecreciones, etc. Si el estímulo estresante persiste puede ocasionar un cambio de estructura en los órganos, ejemplo úlcus duodenal, colitis etc.

El niño y el adolescente pueden ser conscientes o no de la relación entre la aparición de la sintomatología y los estímulos externos:


1) En el plano de la etiología los factores psicológicos estarán implicados en los síntomas según lo siguiente:
a) Existencia de una relación temporal entre un estímulo del entorno y la aparición del síntoma.
B) El síntoma permite a la persona evitar ciertas actividades que no le son gratas.

2) El síntoma no es voluntario, es decir, no hay simulación.

3) El síntoma no puede ser explicado por una enfermedad física.

IMPORTANTE: Los trastornos psicosomáticos siempre deben ser considerados bajo los dos aspectos, sería incorrecto afirmar que el problema es puramente psicológico o a la inversa que es simplemente físico.

Los trastornos psicosomáticos suelen observarse en aquellos "niños" que tienen un importante sentimiento de abandono o que lo viven así, como los niños adoptados, niños que viven muy mal la llegada de un hermanito.

Al no poder reclamar directamente ese afecto que tanto necesitan, lo expresan a través del cuerpo, esperando así "inconscientemente" obtener una dosis suplementarias de atención y afecto. Siempre se observa un beneficio secundario que comporta el padecer esa dolencia.

A través de la somatización, o la materialización de las emociones negativas en el cuerpo, el niño expresa lo que tiene miedo de decir con palabras.

El adulto ante un conflicto aumenta su tensión; ésta puede llegar a manifestarse a nivel corporal mediante la aparición de una enfermedad. En el niño esto se produce con mucha más fuerza.

¿Cuáles son los síntomas psicosomáticos en los niños?

Los síntomas de los trastornos psicosomáticos no son fáciles de identificar, puesto que no siempre se pueden vincular directamente con dolencias físicas específicas.

No obstante, los más comunes son los sistemas del aparato digestivo, respiratorio y la piel. Síntomas que pueden repetirse, empeorar o desaparecer.

El malestar puede manifestarse de muchas formas: si un niño tiene cólico frecuente en la escuela, pero en casa no sufre en absoluto, es evidente que la angustia y la ansiedad en este caso están vinculadas con el entorno escolar.

Entre los síntomas más comunes, y siempre susceptibles de tratamiento, el asma, los dolores de cabeza, eccema, psoriasis, dolores de estómago y dolor abdominal, vómitos, colitis, etc.

Es importante no subestimar ninguno de estos síntomas de hecho pueden implicar una profunda angustia emocional, daños orgánicos y dolores psicosomáticos en los niños.

ASPECTOS RELACIONADOS CON EL DESARROLLO DEL TRASTORNO

Los trastornos psicosomáticos no se manifiestan de la misma manera en el niño o adolescente que en el adulto, el lactante y el niño en la primera infancia sería un ser esencialmente psicosomático porque se produce un paso rápido sin intermediarios de lo psíquico a lo físico porque las capacidades de mentalización están menos desarrolladas y los mecanismos de defensa menos elaborados.

Las derivaciones automáticas de los conflictos y de la angustia en relación al cuerpo son reemplazadas por otras formas de reacción, por ejemplo paso al acto, neuroticismo.

Los trastornos psicosomáticos aparecen en relación con etapas definidas del desarrollo y, o como reacción a situaciones estresantes.

Con relación a etapas definidas del desarrollo:

- Aprendizaje del control de los esfínteres (3-4 a.)----CONSTIPACION
- Autonomía con relación a la madre (3-4 a.)----------ASMA
- Inicio de escolaridad (6-8 a.)-------------------CEFALEA
- Pubertad (12-14 a.)------------------------ANOREXIA

En relación a situaciones estresantes:

- Familiares---------------conflicto entre los padres.

- Sociales-----------------dificultades para afrontar situaciones nuevas.

Los síntomas del trastorno psicosomático en general son:
-Ritmo cardíaco acelerado
-Palpitaciones
-Náusea
-Temblores
-Dolor
-Sequedad en la boca
-Transpiración
-Dolor de pecho

-Respiración rápida
-Debilidad

-Exceso de fatiga
-Un nudo en el estómago

-Problemas neurológicos
-Trastornos gastrointestinales

ENFERMEDADES
PSICOSOMÁTICAS

1. ALIMENTARIOS

ANOREXIA: pérdida de peso y miedo intenso a ganar peso.

OBESIDAD : Las madres de los niños obesos suelen ser intrusivas, no toleran que el niño desarrolle por sí mismo su propia sensación de hambre ni exprese sus deseos autónomos, sino que imponen su ritmo de alimentación, lo ceban sin que el niño pueda manifestar su deseo de ser alimentado.
Estos niños manifiestan claramente que no sienten su cuerpo como si les perteneciera sino como una propiedad de su madre.

2. DIGESTIVOS

DOLOR ABDOMINAL
Los dolores abdominales recurrentes acostumbran a ser severos y suelen tener una distribución difusa o periumbilical. Normalmente, el dolor es más intenso durante el día y no suele despertar al niño durante la noche. Puede empeorar los lunes por la mañana y mejorar durante los periodos vacacionales. No responden a la medicación analgésica.

A pesar de que el cuadro puede iniciarse después de una gastroenteritis o el dolor puede estar asociado al estreñimiento, el hábito intestinal suele ser normal.

Existen síntomas asociados como, por ejemplo: vómitos, letargia, fiebre o palidez. Los niños pueden presentar un aspecto enfermizo, lo que aumenta la preocupación de los padres.

Es posible que aquellos niños que padecen dolores abdominales funcionales tengan procesos fisiológicos anómalos, como una motilidad gastrointestinal alterada, tensión muscular o una sensibilidad excesiva a sensaciones abdominales normales.

Se debe sospechar de un origen orgánico del cuadro si:

- Hay pérdida de peso.
- Sangrado gastrointestinal.
- Fiebre persistente.
- Diarrea crónica o resultados analíticos anormales.
- Vómitos persistentes.
- Cuando el niño se despierta por la noche debido al dolor.

3. ELIMINATORIAS
ENURESIS:
Consiste en una incontinencia de orina (el niño se orina en su ropa interior). Puede ser primaria, cuando nunca ha llegado a controlar su emisión de orina, y secundaria, cuando ya había desarrollado el control de los esfínteres, pero ha vuelto a orinarse después.

Se considera un síntoma benigno que tiende a desaparecer con la pubertad. Se puede dar tanto en niños sin grandes problemas, como en niños que presentan un retraso mental o alteraciones psicóticas. Así pues, este síntoma no es específico, aunque a menudo se acompaña de otros síntomas que son los que indican la existencia de un problema.

Durante el sueño, la producción de orina disminuye, aunque no en el niño enurético. Sólo existen causas orgánicas en el 5 % de los casos.

La incontinencia nocturna o el orinarse en la cama mientras duerme es más frecuente que la diurna. Suele ser una manera de oponerse a los padres y de manipular el entorno.

No es raro que aparezca cuando la madre acaba de tener otro niño, con el que el hermano mayor se identifica y quiere eliminar.

En esta clase de familias se encuentra a menudo un clima de hiperestimulación sexual. Los padres provocan contactos corporales demasiado excitantes para el niño.

ENCOPRESIS:
Consiste en la evacuación de heces en lugares distintos al retrete, ya sea en la ropa interior o, de manera menos frecuente, en otros lugares de la casa. Al igual que la enuresis, puede ser primaria o secundaria.

La encopresis primaria aparece en un niño impulsivo, violento y en una familia mal integrada en la sociedad, cuyas normas de disciplina y control son poco respetadas.

La secundaria sucede a menudo a una frustración: el nacimiento de otro niño, el alejamiento real o emocional de la madre, la entrada al colegio. A menudo se encuentra un aprendizaje del control de la defecación demasiado severo y precoz.

La encopresis se convierte en un arma de resistencia pasiva contra la madre y en objeto de luchas. A veces es una forma de protesta agresiva que revela la incapacidad del niño para expresar más abiertamente sus reivindicaciones frente a una madre vista como inalcanzable.

DIARREA:
Las diarreas funcionales son a menudo desencadenadas por un estado de tensión, ansiedad aguda, por ejemplo situaciones en que el niño o el adolescente están sometidos a un alto nivel de exigencias o a situaciones nuevas.

Para el diagnóstico se debe eliminar la enfermedad orgánica intestinal y las gastroenteritis debidas a factores bacteriológicos y biológicos. En algunos casos es posible con la ayuda de los padres disminuir la ansiedad del niño y del adolescente ante situaciones de estrés.

4. RESPIRATORIAS
ASMA:
El asma bronquial es un acceso episódico de dificultades respiratorias causadas por una hiperactividad del sistema parasimpático. La disnea se manifiesta por una respiración sibilante recurrente con prolongación de la espiración. El asma del niño difiere sensiblemente de la del adulto, la crisis debuta súbitamente, la disnea es intensa y rápida, sin tos y frecuentemente con fiebre incluso en ausencia de complicaciones.

La crisis a menudo acontece de noche y puede durar de unos minutos a unas horas.

La dificultad respiratoria puede ser leve o llegar a tal punto de gravedad que precise respiración asistida.

Los niños asmáticos presentan a menudo otros trastornos psicosomáticos como eczemas y otros problemas cutáneos.

HIPERVENTILACIÓN
Consiste en aceleración y aumento de amplitud de los movimientos respiratorios. Este trastorno motiva consulta urgente. Con la hiperventilación la facies enrojece y puede llegar a la cianosis, e incluso pueden aparecer petequias en dedos y orejas producidas por la alcalosis respiratoria. En situaciones extremas se produce tetania secundaria a la hipocalcemia.

Diversos tipos de emociones pueden provocar la hiperventilación, tristeza, alegría, cólera, miedo, produciendo una respuesta del sistema nervioso autónomo, pero es posible determinar que lo desencadena físicamente.

5. NEUROLOGICOS

CEFALEAS:

Las cefaleas funcionales aparecen más frecuentemente en niños mayores y adolescentes en tres períodos, a los 6-7 años inicio de escolaridad, a los 10-13 años inicio de la segunda etapa escolar y a los 17-18 años. Son etapas de cambios en el plano afectivo, intelectual y social, donde se exige que el niño afronte nuevas experiencias y que progrese en autonomía y responsabilidad.

La cefalea funcional puede ser interpretada como una respuesta más o menos inconsciente al problema exterior vivido por el niño o por el adolescente.

La cefalea podrá ser la inhibición dolorosa del acto de pensar y permite obtener beneficios secundarios del entorno.

INSOMNIO

El sueño es una función vital en el desarrollo del niño y del adolescente. Los trastornos son numerosos y se presentan bajo diferentes aspectos:

-Dificultades en relación al acostarse; oposición, rituales, fobia.
-Insomnio verdadero; durante el adormecimiento, durante la noche y al levantarse.
-Angustias nocturnas, terrores nocturnos, despertar ansioso, sueños angustiosos.

Todos estos fenómenos indican una perturbación del ritmo natural del sueño.

Consideramos importante comprender más allá de los aspectos electrofisiológicos las dimensiones psicoafectivas del sueño lo cual implica ciertas actitudes por parte del niño o adolescente.

A) El sueño suscita imágenes de desaparición y de alguna manera una muerte provisional.

b) La capacidad de separarse de personas de su entorno, principalmente de la figura materna, el adormecimiento evoca sentimientos de separación, de pérdida de abandono, de soledad.

c) La capacidad de renunciar a sus actividades a sus intereses a sus preocupaciones, el sueño constituye una pérdida de control. Si el niño o el adolescente no es capaz de sobreponerse a los diferentes tipos de ansiedad podrá presentar trastornos del sueño.

6. ENDOCRINOLOGICOS
RETARDO DEL CRECIMIENTO

Estos niños presentan una talla y peso muy inferiores al normal, pero cuando se los sitúa en un medio donde se le observa de cerca, se le estimula y cubren sus necesidades afectivas, se recuperan, a veces de forma espectacular. Esto nos muestra el efecto tan importante que tienen las carencias emocionales sobre el desarrollo biológico. Se trata básicamente de un bloqueo de la hormona del crecimiento y se produce aunque la alimentación sea adecuada.

7. CUTÁNEOS
PSORIASIS

Es una enfermedad inflamatoria de la piel, que ocasionalmente también afecta a las articulaciones, y que provoca enrojecimiento, descamación, dolor e hinchazón.

Puede manifestarse con diferente intensidad a lo largo de la vida y no es contagiosa.


¿COMO TRATARLAS?

Los trastornos psicosomáticos de los niños en ciertas circunstancias pueden requerir tratamiento farmacológico. Por lo general, la terapia ideal es entender el mensaje de que el niño se comunica a través de su cuerpo. Terapia en la que deben implicarse los padres, así como el médico, psicólogo o psiquiatra, según corresponda.

CASO CLÍNICO

DATOS PERSONALES
NOMBRE: “B”
EDAD: 6 años

MOTIVO DE CONSULTA
Concurre al Servicio de Psicopatología de un Hospital público enviada por la médica alergista, que observó mientras la examinaba que tenía las cutículas de las uñas lastimadas, hecho que la madre no había percibido. La madre relata que hace un año le aparecieron “ronchas gigantes” en distintas partes del cuerpo, que no remitían con la medicación y que también le apareció con alopecia en diferentes partes de la cabeza.

No relaciona los mismos con ninguna situación en particular, que a menudo se queja de dolores difusos en el cuerpo, que es altanera y contestadora.

Aparentemente es una madre preocupada por su hija y al mismo tiempo parece no reconocer algunas patologías de la niña.

CONSTELACION FAMILIAR: La madre, de 41 años, tiene 3 hijos de una familia anterior, dos varones de 23 y 21 años, y una mujer de 19 años.
Al poco tiempo de separarse se une al padre de B (43 años), soltero a quien conoce en su trabajo. No quiere contraer matrimonio nuevamente por temor a una nueva separación. Con su actual pareja tiene tres hijos: B de 6 años, un nene de 4 años y una nena de 1 año y medio. Todos viven en la misma casa y son mantenidos por su actual pareja.

En el hogar hay 3 dormitorios en uno duermen los 2 varones mayores, en el otro la joven y en el último la actual pareja con sus tres hijos.

Lo que destaca es que su deseo permanente es encontrarse embarazada, porque así se es feliz como mujer. Los antecedentes evolutivos no ofrecen nada llamativo. La madre trabajo en un almacén durante el embarazo y primer año de vida de B. La llevaba con ella en un moisés. La madre de B Se muda a su propia casa.

En ese mismo año la abuela materna enferma de cáncer (es cuidada por la madre de B) y muere a los pocos meses. Cuando B. tiene 4 años paseando en el auto del padre (sentada a su lado) la abuela paterna muere de un infarto masivo; le explican que se fue al cielo. También a esa edad festejando el cumpleaños de una tía paterna ésta muere súbitamente. Le explican que Dios lo quiso así.

La madre insiste que la niña es rebelde, desobediente que se pone “loca” y que la única manera de calmarla es castigándola o sentarla a mirar TV. Observamos que predominan situaciones traumáticas ligadas a pérdidas y sostén familiar. Aparece en la madre una marcada preferencia por los hijos mayores. La paciente recibe el afecto y el sostén le es dado por la hermana mayor, que al nacer la menor se vuelve a ella.
Vemos como a medida que hablar denuncia la violencia materna y se califica a sí misma como “loca, soy mala por eso me traen”. Resulta muy destacable que en su discurso no se vislumbra ningún afecto. Su relato se torna confuso cuando habla de sus hermanos; la indiscriminación y confusión cuando dice de sí misma que es mala, loca, me porto mal y soy desobediente.

Es coherente cuando habla de la escolaridad y amigos. La agresión es el tema relevante que aparece ligado a su conducta impulsiva, dice “me pongo loca”, la madre dice lo mismo que es mala por eso le pega. Por momentos tan confusos son sus relatos que la terapeuta le insiste preguntándole para aclararse. A medida que se va tranquilizando hace un dibujo de “una familia enorme donde nadie está enojado y todos son felices”.
El padre es sentido como una figura afectuosa y confiable, pero por su tipo de trabajo, viaja muchos días de la semana, ella lo extraña y se lo reclama. La madre no es contenedora de las ansiedades y sufrimientos de la niña. No hay palabras que le devuelvan el significado a sus emociones. La madre la califica de loca, y la niña lo repite, que es mala cuando se enoja y que por eso le pegan.

CONCLUSIÓN DEL CASO
Es un estilo de funcionamiento donde predomina la excitación en lugar de la calma. Pensamos que esta niña padeció una serie de sucesos traumáticos que determinaron su incapacidad psíquica para elaborar pérdidas.El trauma se constituiría en un agujero que dificulta la simbolización de los afectos.Cuando B dice “soy loca”(no sólo como un eco materno si no también está la cohabitación con sus padres), le aumenta la tensión que podrían conducir a morderse las cutículas, hacerlas sangrar o mirar TV como una manera de aliviarse y soportar la tensión. En tal caso pensaríamos que nos encontramos con un procedimiento auto calmantes. Lo traumático no son los episodios en si sino que falta un adulto que ponga palabras para procesar, y vivir las situaciones por las que B paso

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