En la antropología teatral, el actor es pensado como actor- bailarín, y el teatro es teatro-danza, ya que las posibilidades de expresión son más amplias y las tareas del actor están ubicadas en el área dancística.
El entrenamiento obliga a que el cuerpo y la mente sean uno, ya que en la tradición teatral se entiende al actor como aquel que repite un texto virtuosamente; esta conexión con su cuerpo-mente le permite crear vida en escena.
Dentro de los principios de la antropología "SATS" que es una palabra escandinava significa un punto de partida de la acción, el punto en el que empieza el movimiento y a su vez es la oposición del sentido en el cual se desarrolla la acción.