Quizás la imagen más representativa de Japón, aparte de las geishas son los samurái. Estos fueron los guerreros de Japón en la premodernidad. Ellos representaban a la clase militar que luego se volvió en el grupo dominante hasta el periodo Edo. Se supone que un samurái debía cumplir con el código ético del bushido (el camino del guerrero). Este código hacía énfasis en la lealtad al maestro, autodisciplina y respeto hacia uno mismo, y un comportamiento ético.
Su origen data del periodo Heian (794-1185), cuando eran contratados por lugartenientes que se habían vuelto poderosos e independientes del gobierno central, y contrataban ejércitos para su propia protección. En este periodo el estado central había perdido el control de las zonas rurales, por lo que los lugartenientes tuvieron que llenar ese vacío de poder con una nueva clase guerrera. Existían sobre todo dos clanes de lugartenientes muy poderosos, los Minamoto y los Taira. Pronto lucharon entre sí por el poder, y los Minamoto triunfaron, que estos estableciendo el shogunato.