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Señores Miembros del Consejo Directivo; Señores Padres de Familia; Señores Profesores; alumnos:
La proclamación de abanderados es una de las ocasiones más entrañables de un Curso Académico, pero es por sobre todo un momento inolvidable para cada uno de los acreedores a este reconocimiento con el que el Colegio premia el trabajo intelectual de sus mejores alumnos.
PASARÁN LOS AÑOS Y RECORDARÁN UDS. CON EMOCIÓN ESTE 26 DE SEPTIEMBRE EN QUE LLEVARON LOS PABELLONES DE LA PATRIA, DE LA CIUDAD Y DEL COLEGIO Y SUS RESPECTIVOS ESCOLTAS, CON EL ORGULLO DE QUIEN HA REALIZADO UNA TAREA BIEN ACABADA.
El trabajo bien hecho satisface los anhelos más íntimos del alma, creada para servir a los demás, para conocer la realidad y para amar el bien. En nuestro caso, como católicos, el trabajo intelectual propio del estudiante tiene una dimensión más profunda, no siempre comprendida por visiones superficiales que no tienen la penetración inherente a la fe.
Cuando alguien es señalado por sus méritos, no es para que su corazón se hinche de vanidad o disfrute egoístamente de unos aplausos pasajeros. En cierta forma, quien es señalado por sus méritos es puesto para ejemplo de los demás, y ser ejemplo confiere pocos derechos y muchos deberes. Como alumnos abanderada, porta estandartes y escoltas, Ustedes están llamados a dar ejemplo, dentro y fuera del Colegio, de hombres y mujeres responsables, laboriosos, honestos y serviciales.
No piensen que una cruzada así está destinada a fracasar por la oposición que necesariamente encontrará en un mundo satisfecho de hedonismo, comodidad, placer, que idolatra el dinero, que se contenta con la mediocridad y que ha perdido sus referencias trascendentes.
Los grandes hombres, los que han dado golpes de timón a la historia de la Humanidad, siempre han encontrado oposición a sus grandes ideales. Y han sido precisamente esos momentos, momentos de perseverancia, momentos de sufrimiento, momentos de esperanza y de fe, los que les han convertido en hombres y mujeres decisivos.
Así que, ¡Ánimo, jóvenes!, la contienda es dura, pero no dejemos de luchar diariamente para vivir y ayudar a vivir todas aquellas virtudes con las cuales han sido formados durante su permanencia en este colegio.
En la triología de la educación alumnos, padres y educadores, quiero dar las gracias al Colegio Marie Clarac y profesorado, por haber sido un pilar fundamental en la educación y valores de nuestros hijos y a los padres de familia entendedor de esta felicidad que nos encarga, tengo el convencimiento que el logro de nuestros hijos ha sido por nuestro apoyo incondicional y nos da el convencimiento que nuestro direccionamiento es el adecuado.
Por toda esta gran emoción que Dios, la vida y nuestros hijos nos han regalado, invito a brindar en su honor. Salud!!!!!