Estamos hablando específicamente de orgullo. No es el orgullo que tienes en tus hijos, el orgullo que te hace gritar a tus hijos cuando te avergüenzan en público.
Puedes entrenar a todo el mundo normal, pero cuando es tu hijo, es como si fueras un entrenador excesivo, porque tu orgullo está en juego, y eras un atleta terrible, y estás pensando que va a redimir el nombre de la familia. Es como si quisieras tomar su jersey y darle la vuelta al revés, así que nadie ve el apellido. Usted acaba de exagerar, y es debido a su orgullo, no el orgullo que tiene en su trabajo, pero el orgullo que hace que en el trabajo para regocijarse en privado cuando ves a otro tropezar, o ver a alguien falla, o alguien se vuelve su Cosas en la tarde, o alguien no cumple con su cuota, usted en el interior, y que odio que acerca de usted.
Pero hay algo en el interior, te gusta ver a otras personas fracasar, porque te hace sentir mejor contigo mismo. Y sabes que es feo, feo, feo, es ese tipo de orgullo que queremos matar. No es el orgullo que tienes al ver a tu marido, ni el orgullo que tienes en tu esposa.
Es el orgullo lo que te impide pedir disculpas a tu marido. Es el orgullo que te impide iniciar una conversación que debes tener con tu esposa, porque sabes que ella estaba 95% acertada, y solo tienes un 5% de error, así que ella tiene que venir a tu manera, no a su manera, o viceversa. Y es esa cosa en la que nos sentamos, y sabemos que va por dentro, y como dijimos en la primera semana, es un orgullo el que te cierra, y cierra a Dios ya los demás. Porque cuando estás lleno Con orgullo no hay sitio para nadie más en la habitación, incluyendo a Dios.