El norte industrializado quería ampliar su expansión comercial hacia los cerca de 12 millones de habitantes del sur. El problema era que la mitad de ellos no eran libres ni tenían dinero y, por tanto, no podían consumir.
Al ver amenazada su manera de producir, los estados del sur se separaron dela Unión y constituyeron los Estados Confederados de América.
Esta separación implicaba que las distintas regiones ya no seguirían intercambiando materias primas y manufacturas. Ante esto, Lincoln declaró la guerra a la confederación.
La industria bélica construyó grandes acorazados (Tipo de buque de alto tonelaje y de cubierta blindada. Utilizado en empresas bélicas.) y la flota comercial estadounidense se convirtió en la segunda más importante del mundo.