El concepto de estrés se remonta a la década de
1930, cuando un austriaco de 20 años de edad,
estudiante de segundo año de la carrera de Medicina en
la Universidad de Praga, Hans Selye, hijo del joven cirujano
austriaco Hugo Selye, escasez que todos los enfermos
a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad
que padecían, presentaban síntomas comunes y
generales
Ortega Villalobos (1999), indica que hace más de
medio siglo, Hans Selye (1956) definió el estrés ante la
Organización Mundial de la Salud, como: “la respuesta
no específica del organismo a cualquier demanda del
exterior” y “el estado que se produce por un síndrome
específico que consiste en todos los cambios no
específicos que se inducen dentro de un sistema
fisiológico”.
En la descripción de la enfermedad, a la que Selye
llamó “Síndrome de adaptación general” (1956), según
lo señala Ortega Villalobos (1999), se identifican
por lo menos las siguientes tres fases en el modo de
producción del estrés
El cerebro, al detectar la amenaza o riesgo, estimula
al hipotálamo, que produce “factores liberadores”, los
cuales constituyen substancias específicas que actúan
como mensajeros para zonas corporales también
específicas.
El organismo, amenazado por las circunstancias,
se altera fisiológicamente por la activación de una
serie de glándulas, especialmente en el hipotálamo y
la hipófisis, ubicada en la parte inferior del cerebro, y
por las glándulas suprarrenales localizadas sobre los
riñones en la zona posterior de la cavidad abdominal.
La disminución progresiva del organismo frente
a una situación de estrés prolongado conduce a un
estado de gran deterioro, con pérdida importante de las
capacidades fisiológicas
Guerrero Barona (1999), menciona que existen
algunas teorías complementarias que refuerzan un poco
más el entendimiento sobre el tema, las cuales pueden
ser agrupadas en tres bloques, según se considere el
estrés como una respuesta, como un estímulo, o como
un proceso interactivo entre la persona y el medio.
Según Selye (1956), ocurre estrés cuando existe
una alteración en el equilibrio del organismo causada
por la acción de un agente externo o interno, y el
organismo reacciona ante esto de forma extraordinaria
para restaurar dicho equilibrio.
Esta teoría presenta algunas limitaciones. Por una
parte, no es operativa ni está formulada de manera
científica; y por otra, define el estresor de manera
redundante y circular, esto es, el estresor es un estímulo
que produce estrés.
Psicosociales: son situaciones que no causan
directamente la respuesta de estrés, sino que se
convierten en estresores mediante la interpretación
cognitiva o del significado que la persona le asigna.
Biológicos: son estímulos que se convierten en
estresores por su capacidad para producir cambios
bioquímicos o eléctricos en el organismo que facilitan
por sí mismos la respuesta de estrés, por ejemplo,
exponerse a ruido intenso, tomar una taza de café, etc.
De acuerdo con Ortega Villalobos (1999), la práctica
médica ha constatado por años las enfermedades
producto del estrés. Los estilos de vida actuales son
cada día más demandantes, lo que lleva al hombre
moderno a incrementar notablemente sus cargas
tensiónales, y que se produzca en él la aparición de
diversas patologías.
el estrés en el trabajo es un conjunto de
reacciones emocionales, cognoscitivas, fisiológicas y del
comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos
del contenido, la organización o el entorno de trabajo.
Como lo expresa Ortega Villalobos (1999), el estrés
laboral se conceptualiza como el conjunto de fenómenos
que se suceden en el organismo del trabajador, con
la participación de los agentes estresantes lesivos
derivados directamente del trabajo o que, con motivo de
éste, pueden afectar la salud del trabajador.