En 1518, desobedeciendo los mandatos del gobernador Velázquez, Hernán Cortés se embarcó rumbo a México y aquel enojado, envió a Narváez en su seguimiento con instrucciones de capturarlo vivo o muerto.
En 1518, desobedeciendo los mandatos del gobernador Velázquez, Hernán Cortés se embarcó rumbo a México y aquel enojado, envió a Narváez en su seguimiento con instrucciones de capturarlo vivo o muerto.
Mientras tanto dejó en Tenochtitlan una reunión, a cargo de Alvarado, quien ante una concentración de guerreros, llevó a cabo una matanza de nativos, nobles, caciques y jefes del ejército.
Al llegar Cortés a Tenochtitlán, liberó a Cuitláhuac, para pacificar los ánimos, sin embargo este se puso al frente de los mexicas y se unió a Cuauhtémoc para oponerse a la ocupación española. Cortés consiguió que Moctezuma tratase de apaciguar a los inconformes y que dejasen salir a los españoles de la ciudad, sin conseguirlo Moctezuma fue asesinado.
Los españoles, fueron rodeados por la multitud indígena, pronto vieron disminuir el agua, los víveres y las municiones. La única salida era la retirada, que hicieron en la lluviosa noche del 30 de junio de 1520, conocida como la Noche Triste.
En la retirada cayó la mayoría de los españoles, murieron ahogados, perseguidos por los mexicas, el 7 de julio, cerca de Otumba, los españoles se enfrentaron a los guerreros que los perseguían y los derrotaron.
Después de su derrota, los españoles y sus aliados tlaxcaltecas se replegaron en Tlaxcala; se reorganizaron y atacaron Tenochtitlán. Mientras tanto los habitantes de la capital mexica se estaban muriendo de una serie de enfermedades (viruela, sarampión, gripa, etc.) que prácticamente imposibilitó su defensa.
Cortés mandó traer los navíos que había inhabilitado y que fueron reconstruidos en el lago de Texcoco y después de un sitio de 75 días, en los que los mexicas pelearon hasta casi su exterminio, fueron derrotados y sometidos a esclavitud.