A Nueva España llegaron miles de personas de Europa, África, y Asia que sé establecieron con la población local.
El mestizaje se manifestó en la alimentación, lenguaje, vestido, costumbres, religión, música y las fiestas.
El dulce paso a ser un ingrediente fundamental, como para producir ates, orejones, acitrón, entre otros. También el chocolate y el tabaco fueron importantes.
La cerámica de Talavera de Puebla es un ejemplo de mestizaje artístico.
También se incluyó el adorno de laca adherido a obras de laca.
Se incorporó el paliacate, la guayabera, el reboso, peleas de gallo, piñatas, fuegos artificiales, además de ritmos y bailes de origen mexicano.